No es 1 de enero de un nuevo año, pero nuestro contador está en la misma posición, a cero. Esta nueva realidad nos obliga a cuestionarnos cualquier aspecto de nuestro negocio que antes dábamos por válido. ¿Tiene sentido actualmente la estrategia que se definió en enero y febrero para ejecutar este año? ¿Tiene sentido, en la era post-covid, la cantidad de tiempo y esfuerzo que invertíamos en desplazamientos y reuniones presenciales? ¿Es razonable pensar que las necesidades y las prioridades de las personas y empresas son otras?